
Ciertos mecanismos antioxidantes, antiinflamatorios y reguladores son los que hacen de la NAC el suplemento nutricional adecuado para aquellos atletas que quieran aumentar su rendimiento deportivo.

Múltiples estudios científicos demostraron la capacidad que tiene este elemento de promover el aprovechamiento de todo impulso para lograr diversos objetivos a nivel muscular.
Conseguir el mejor rendimiento deportivo es un objetivo importante para cualquier atleta que tome en serio su profesión.
La dieta y el uso de suplementos son factores delicados y cruciales que usualmente dependen de los mejores avances de la ciencia. Sin embargo, la mayoría de las veces, esto último se concentra más en cuidar lo que come el atleta y que sólo ingiera bebidas proteicas.
Un gran error.
La N-acetilcisteína es un poderoso antioxidante que se encarga de suprimir las reacciones de estrés oxidativo, las cuales están mediadas por unas moléculas dañinas conocidas como radicales libres.
Mientras mayor sea la cantidad de radicales libres, peor será el estrés oxidativo y mayor será el daño a los tejidos, es decir, se conseguirá un peor rendimiento.
En condiciones normales, específicamente en reposo, se producen radicales libres que nos afectan; sin embargo, nuestro cuerpo es capaz de producir antioxidantes endógenos, tales como la dismutasa, catalasa y el glutatión, capaces de inhibir estos elementos dañinos.
Ahora bien, cuando empezamos a hacer ejercicio, la acumulación de radicales libres se incrementa significativamente, por lo que definitivamente necesitamos que nuestro cuerpo tenga el modo de equiparar este daño (1).
Si bien los efectos de la NAC en nuestro organismo son muy diversos y capaces de afectar casi cualquier sistema, intentaremos resumir su acción vinculada al rendimiento deportivo alrededor de un punto crucial: el desempeño muscular.
Es necesario aclarar que las reacciones de estrés oxidativo están sucediendo en nuestro cuerpo en todo momento, inclusive mientras lees este artículo.
Lo importante es que sepas que pequeñas alteraciones en el metabolismo o en el modo en el que los músculos aprovechan la energía pueden crear grandes cambios en el rendimiento deportivo; detalles a los que cualquiera debería prestarle atención.
Los músculos y la NAC
Quizás el efecto más fuerte y estudiado de la acetilcisteína tenga lugar en los músculos, y no necesariamente con el metabolismo.
Las células musculares utilizan delicados cambios en las concentraciones de electrolitos (sodio, potasio, cloro, calcio, etc.) para funcionar; sin embargo, cuando estamos haciendo ejercicio, esto puede alterarse un poco.
De hecho, la alteración del intercambio hidroelectrolítico es lo que determina la aparición de la fatiga, y esto se debe al mal funcionamiento de una pequeña bomba que se encuentra en la membrana de las células musculares llamada bomba sodio-potasio ATPasa.
Las especies reactivas del oxígeno están directamente vinculadas con la actividad de esta bomba y con la fatiga muscular.
De hecho, hay varios estudios que lo comprueban y que utilizan a la NAC como un sustrato ideal para combatir esta disfunción y aumentar el rendimiento deportivo.
Un estudio no sólo confirmó que la N-acetilcisteína era capaz de disminuir las reacciones de estrés oxidativo que podían alterar el funcionamiento de la bomba sodio-potasio ATPasa, sino que este antioxidante también era capaz de regular los niveles de potasio por sí mismo, un descubrimiento bastante importante (2).
En este estudio, la NAC disminuyó significativamente el declive funcional que experimenta esta bomba durante el ejercicio intenso, confirmando así que el estrés oxidativo es un causal importante de dicha disfunción.
Además, esta regulación del potasio podría tener un rol que va más allá del control muscular y la fatiga, incluyendo también funciones corporales importantes que involucran a este electrolito.
Por otro lado, el rendimiento deportivo no sólo se limita a tener mayor resistencia y soportar la fatiga muscular, sino también al mejor aprovechamiento de los músculos para obtener mejores resultados.
Con esto en mente, un estudio demostró que la NAC puede actuar a diferentes niveles para cambiar el aprovechamiento corporal (3).
Se demostró que este antioxidante logró un aumento directo en el rendimiento de diversos factores evaluados relacionados a los ejercicios que dependían del sprint o cambios rápidos, pero también a los de potencia.
Por último, pero no menos importante, la NAC también cambia el resultado final y el estado del atleta posterior al ejercicio.
Según el mismo estudio, este antioxidante podría disminuir los niveles antiinflamatorios luego del ejercicio, lo que representa una recuperación mucho más rápida y un menor riesgo de lesiones durante la actividad física.
El hígado vs. los músculos
Ahora bien, recordemos que nuestros músculos no obtienen energía del aire, sino que debe existir una entidad que permita la formación de moléculas ideales para el aprovechamiento corporal, y ese es el trabajo de nuestro hígado.
Además, es necesario recordar que el principal formador de los antioxidantes endógenos y encargado del metabolismo de los antioxidantes exógenos (como la N-acetilcisteína), es el hígado.
Así que, sin el buen funcionamiento hepático, no podríamos alcanzar un adecuado rendimiento deportivo.
No sólo sería difícil aprovechar idealmente cada uno de los nutrientes que ingerimos, sino que también sería complicado para los músculos el poder aprovechar el potencial metabólico disponible en nuestro cuerpo.
Un atleta con un hígado afectado se fatigaría rápidamente, no podría ganar masa muscular, manejaría niveles irregulares de glucemia y seguramente tendría daño endotelial, producto de la acumulación del estrés oxidativo.
Por esto, el hígado debe ser considerado como un órgano fundamental que debemos cuidar y proteger para poder alcanzar un estado óptimo que nos permita desarrollarnos al máximo.
Consumir NAC ayudaría a alcanzar dicho objetivo, mejorando significativamente su funcionamiento gracias a los efectos hepatoprotectores y regenerativos brindados.
Tomando en cuenta todo lo señalado anteriormente, queda claro que la N-acetilcisteína pinta como un gran suplemento para fomentar la resistencia muscular y aumentar su capacidad deportiva, aprovechando al máximo cada impulso que se tenga.
Si a esto se le suma un correcto régimen alimenticio, una rutina de ejercicio especializada, un estilo de vida calmado, entre otros factores positivos para la salud, el aumento de dicho rendimiento se irá al tope.
¡No te queda de otra, debes incluir a la NAC en tu nutrición diaria!