
El gran potencial beneficioso que tiene la NAC para el sistema respiratorio se debe a sus múltiples mecanismos antioxidantes, antiinflamatorios y mucolíticos.

Estudios científicos demuestran la capacidad que tiene este elemento de mejorar, a través de varias vías, la sintomatología asociada a este tipo de patologías pulmonares.
La N-acetil-L-cisteína (NAC) es un poderoso antioxidante que está dando de qué hablar desde hace unos años gracias a los beneficios que tiene sobre nuestro cuerpo.
Como buen supresor de las reacciones de estrés oxidativo, esta molécula es capaz de mejorar la sintomatología tanto de enfermedades leves, como la gripe, hasta la de algunas más complejas, como el EPOC. Estos efectos son mediados por dos mecanismos.
En principio están los directos, donde la estructura molecular de la NAC le confiere cualidades antioxidantes que sirven para suprimir las reacciones de estrés oxidativo e inhibir la producción de radicales libres.
Y, en segunda instancia, este nutriente también puede intervenir indirectamente al elevar los niveles de glutatión.
El glutatión es el agente reductor por excelencia de nuestro cuerpo, es decir, un antioxidante endógeno. Además, este participa en una serie de reacciones químicas neuronales que le confieren un carácter especial en el tratamiento de las enfermedades psiquiátricas.
Sin embargo, la NAC parece tener un efecto especial sobre el sistema respiratorio. Este va más allá de su propiedad mucolítica, donde resaltan sus enlaces sulfhidrilo capaces de desnaturalizar las proteínas en el moco y volverlo más soluble.
La NAC, según los mejores estudios, podría tener un efecto especial en los pacientes con EPOC o patologías crónicas similares. Es necesario recalcar que, para poder tener estos efectos positivos, la “sinergia” es la clave.
La NAC se ha utilizado en conjunto con otros antioxidantes y suplementos que también tienen efectos positivos sobre nuestro cuerpo, potenciando aún más las propiedades de esta molécula.
A veces hay patologías tan complicadas o personas tan susceptibles a enfermarse que lo mejor es combinar beneficios.
Ya sea mediante acción directa o indirecta, la NAC es un coadyuvante que no podemos dejar pasar bajo la mesa. Conozcamos un poco más acerca de los beneficios de este suplemento en el sistema respiratorio y cómo aprovecharlos apropiadamente.
Beneficios de la acetilcisteína para nuestros pulmones
Hay muchas patologías respiratorias en las que se ha vinculado la N-acetilcisteína directamente a la regulación de los niveles de glutatión.
Recordemos que una de sus cualidades principales es la capacidad de aumentar los niveles de este antioxidante dado que es su precursor. Al entrar en el organismo, la NAC puede transformarse rápidamente en glutatión.
> Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
El EPOC es una de las complicaciones más frecuentes del paciente fumador.
Se trata de una patología crónica que involucra la acumulación de moco dentro de las vías aéreas junto con la inflamación de los bronquios (bronquitis crónica) o la aparición de grandes burbujas de aire que se rompen espontáneamente (enfisema).
El problema con esta enfermedad es que, poco a poco, va limitando al paciente, disminuyendo su capacidad para respirar.
Además, se presentan cuadros agudos llamados exacerbaciones, donde la sintomatología aumenta significativamente, poniendo en riesgo la vida del paciente. Dicho esto, la NAC ha demostrado ser un fuerte coadyuvante cuando se trata del EPOC.
Este poderoso antioxidante parece limitar la aparición de las exacerbaciones, disminuyendo significativamente la mortalidad de aquellos que sufren de esta patología (1).
Este estudio menciona que, aparte de este efecto, también puede disminuir e inhibir la aparición del moco que obstruye los bronquios, por lo que puede liberar las vías respiratorias y mejorar el funcionamiento pulmonar de los pacientes con EPOC.
> El poder del glutatión para combatir: fibrosis quística, asma y bronquitis
La acetilcisteína tiene la capacidad de aumentar los niveles de glutatión a través de dos mecanismos: el primero es el aumento de la síntesis, dado que es un precursor importante del glutatión, mientras que el segundo mecanismo se basa en la estimulación de los responsables de crear esta molécula.
El glutatión está vinculado con la fisiopatología de varias enfermedades importantes, especialmente a nivel pulmonar. Una de ellas es la fibrosis quística, una patología cuyo único tratamiento definitivo es el trasplante pulmonar.
Al parecer, la NAC es capaz de limitar y suprimir todos los mecanismos inflamatorios que tienen vida en esta patología.
Debemos destacar que el desarrollo de la fibrosis quística depende de reacciones inflamatorias que se consolidan rápidamente de manera no reversible. Es como si su pulmón se llenara de cicatrices que simplemente le quitan la capacidad para expandirse (2).
Al favorecer la formación de glutatión a través de la suplementación con NAC, parece suplirse este aparente déficit de antioxidantes que se crea en nuestro cuerpo, evitando la progresión de la enfermedad.
Pero también hay muchas otras enfermedades, tanto agudas como crónicas, que basan su mecanismo fisiopatológico en la creación de estados proinflamatorios.
Algunas de las más resaltantes pueden ser el asma y la bronquitis aguda, donde la inflamación impide la respiración normal y puede fomentar la secreción de moco. Con esto en mente, el sinergismo entre la NAC y el glutatión también serviría acá.
Además, el glutatión también es responsable del manejo de varios mensajeros que están involucrados en las vías moleculares de señalización, procesos fisiológicos intrínsecos que le dicen a nuestro cuerpo cuando debe iniciar una reacción inflamatoria.
Gracias a esta capacidad del glutatión, es posible que la suplementación con NAC pueda disminuir las reacciones proinflamatorias y regular estos estados patológicos importantes.
NAC: un suplemento para todos
Según los estudios citados, podemos apreciar varias características que son aplicables para cualquier persona.
Lo primero es que la acetilcisteína puede disminuir las reacciones proinflamatorias en nuestro sistema respiratorio, disminuyendo el impacto y la magnitud de las enfermedades que se basan en ello.
Además, como bien sucede en los pacientes con EPOC, la NAC es capaz de actuar como un potente mucolítico, disminuyendo la cantidad de moco en las vías aéreas, permitiendo así que podamos respirar mejor.
Esto es importante, ya que es una condición que también se repite en otras enfermedades respiratorias.
Y por si fuera poco, la NAC puede aumentar la capacidad pulmonar en los pacientes con fibrosis quística, lo que la convierte en un grandioso suplemento que deberíamos incluir urgentemente en nuestras vidas.
Habiendo señalado lo anterior, se puede decir claramente que la N-acetil-L-cisteína proporciona verdaderos beneficios para la prevención y tratamiento de la sintomatología relacionada a ciertas enfermedades respiratorias.
Si a esto se le suma un correcto régimen alimenticio, una rutina de ejercicio físico regular, un estilo de vida calmado, entre otros factores positivos para la salud, el riesgo de que este tipo de condiciones aparezca o evolucione crónicamente se va a ir al mínimo.
¡No te queda de otra, debes incluir a la NAC en tu nutrición diaria!