
Las patologías cardiovasculares afectan tanto al ser humano actual que mantienen un lugar importante en las causas de muerte y discapacidad a nivel mundial.

La coenzima Q10 ha demostrado ser de gran ayuda para mejorar las capacidades cardíacas y vasculares del ser humano.
Vivimos en un mundo donde el ser humano está acostumbrado a vivir la vida loca sin pensar mucho en las consecuencias que esta depara para el futuro.
Es usual empezar a preocuparse por lo referente a la salud cuando esta empieza a debilitarse un poco, hecho que normalmente sucede después de los 40 años de vida aproximadamente.
Si bien este tipo de preocupación es fundamental para comenzar el proceso de sanación, la mayor parte del tiempo, el ser humano se concentra en tratar los síntomas en vez de curar el origen de ellos.
Aún más, en las actuales escuelas de ciencias para la salud, al estudiante, posterior profesional, se le enseñan miles de maneras para “callar” aquella sintomatología sin enfocarse mucho en un proceso tan necesario como es la prevención de la misma.
Ahora bien, en este post no vamos a concentrarnos en explicar por qué la prevención de las enfermedades es mejor que el tratamiento de las mismas ya que es algo más que lógico, pero sí nos tomaremos un tiempo para mencionar cómo se puede lograr esta prevención.
Ejemplo de esto último son todas aquellas patologías cardiovasculares que tanto afectan al ser humano actual, manteniendo su lugar como causante principal de muerte y discapacidad a nivel mundial.
Según la epidemiología, estas aparecen después de muchos años de no prevención y de tener un estilo de vida basado en dietas hipercalóricas, sedentarismo, falta de ejercicio físico, estrés mental, etc.
Entonces, muchas veces, cuando estas se establecen, el daño ocasionado es lo suficientemente severo como para afectar a todo el organismo, siendo su recuperación poco posible y dejando así un sistema tan importante como el cardiovascular con una funcionalidad bastante disminuida.
Expertos en la materia han estudiado la relación entre muchos nutrientes naturales y estas enfermedades, buscando la manera de tanto prevenirlas cómo tratarlas satisfactoriamente.
Entre estos elementos, la coenzima Q10 ha demostrado ser de gran ayuda para mejorar las capacidades cardíacas y vasculares del ser humano.
Existe evidencia científica que demuestra la capacidad que tiene la coenzima Q10 en prevenir el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares. Se cree que sus beneficios para la salud del corazón se deban a su potente rol como antioxidante y como agente bioenergético en las mitocondrias celulares (1, 2).
Debido al grave aumento anual de las afecciones cardiovasculares, se ha evidenciado la necesidad de implementar otros métodos profilácticos y terapéuticos, asegurándole a la CoQ10 un puesto entre estas opciones gracias a su utilidad en una gran variedad de desórdenes agudos y crónicos relacionados, tales como la obesidad, las dislipidemias, la hipertensión arterial sistémica, el infarto al miocardio, la insuficiencia cardíaca, entre otros (3).
Mejoría del perfil lipídico con suplementación a base de CoQ10
Como es bien sabido, uno de los factores que aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares es la acumulación de grasa dentro del espacio vascular, obstruyendo poco a poco el correcto flujo sanguíneo hacia todos los rincones del cuerpo humano.
Diversos estudios científicos han demostrado que la inclusión de la suplementación a base de coenzima Q10 es capaz de disminuir los niveles de lípidos plasmáticos y elevar los de colesterol “bueno” HDL en pacientes con y sin riesgo cardiovascular.
Sin embargo, los autores recomiendan el seguir investigando el rol del componente nutricional en este campo para así poder tener un mayor respaldo científico en el futuro (4, 5).
Aparte, se ha asociado la deficiencia de coenzima Q10 en pacientes con hipercolesterolemia familiar, una patología genética caracterizada por elevados niveles de colesterol “malo” LDL y riesgo incrementado de padecer una enfermedad cardiovascular prematura.
Esta deficiencia, además de la disfunción mitocondrial relacionada, podría tener un rol importante en la fisiopatología de una afección ateroesclerótica temprana (6).
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Regulación de las tensión arterial gracias a la coenzima Q10
Además de los muy conocidos efectos reductores de la presión arterial producidos por distintas dietas como la Mediterránea, un vasto número de estudios científicos han investigado la posibilidad de incluir a la coenzima Q10 como suplemento en diversos planes terapéuticos con el fin de usar sus potentes beneficios antioxidantes para acabar con la hipertensión arterial sistémica (7).
En los últimos años se han realizado múltiples estudios comparativos en donde se evalúa la eficacia de este elemento para controlar las cifras tensionales de pacientes hipertensos.
Si bien los resultados fueron positivos en la mayoría de las investigaciones, no fueron tan significativos como esperaban los científicos, recomendando así la realización de otros estudios para que la coenzima Q10 pueda ser utilizada en el futuro como agente hipotensor (8, 9).
Ahora bien, en busca de mejores resultados, los expertos han puesto su atención en perfeccionar las moléculas de CoQ10 consumidas, aumentando su biodisponibilidad en el organismo humano para poder actuar más eficazmente en el tratamiento de la hipertensión arterial sistémica, así como en otras patologías (10).
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El rol de la CoQ10 en la insuficiencia cardíaca
Desde varias décadas, el uso de este elemento nutricional en las enfermedades cardiovasculares ha ido en aumento, especialmente para tratar la insuficiencia cardíaca, consecuencia prácticamente final de muchas afecciones tales como el infarto al miocardio y que afecta gravemente el estilo de vida de los pacientes (11, 12, 13, 14, 15).
Las revisiones científicas han indicado que la CoQ10 es capaz de ayudar a los pacientes con esta condición médica debido a distintos factores existentes:
- Las concentraciones de la CoQ10 son más elevadas en el tejido cardíaco en comparación con otros órganos y sistemas. Es importante tener esto en cuenta debido a que se ha demostrado que, a menores concentraciones de la misma, mayor es el grado de insuficiencia cardíaca presente.
- Debido a su potente efecto antioxidante, este elemento es capaz de reducir la actividad perjudicial que tienen los radicales libres en contra de las células y el sistema de señalización celular cardíaco.
- La coenzima Q10 puede estabilizar los canales miocárdicos de iones dependientes del calcio e impedir el consumo de metabolitos esenciales para la síntesis de energía en forma de ATP.
Como podrás haber entendido, es bastante evidente que la inclusión de la coenzima Q10 en forma de suplementación exógena es necesaria si quieres prevenir y hasta ayudar a tratar diversas afecciones médicas relacionadas al sistema cardiovascular, limitando así el daño producido tanto en eventos agudos como en condiciones crónicas.
Si a esto le sumas un correcto régimen alimenticio, una rutina de ejercicio físico regular, un estilo de vida libre de estrés, entre otros factores positivos para tu salud, el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular se va a ir al mínimo.
¡Así que no te queda de otra que incluir a la CoQ10 en tu nutrición diaria!