
El diagnóstico del síndrome metabólico es complejo y debe dejarse a un profesional médico, pero al mantenernos atentos a los biomarcadores podemos sospechar el diagnóstico y reportarlo con tiempo

Los biomarcadores más comunes son la glucosa en ayunas, la prueba de tolerancia a la glucosa, el índice HOMA, y el perfil lipídico

También podemos estar atentos a la microalbuminuria, así como realizar un test de omega 3 para evaluar nuestros niveles de ácidos grasos
Aunque pueda parecer complicada la palabra, probablemente utilizas y conoces los biomarcadores del síndrome metabólico mejor de lo que crees. La mayoría de nosotros nos hemos realizado una glucosa en ayuno o hemos medido nuestros niveles de grasa en la sangre. Precisamente, estos son algunos de los biomarcadores del síndrome metabólico.
Estar atentos a estos marcadores nos permitirá evitar la conversión del síndrome metabólico en una diabetes mellitus.
Y si el problema está muy avanzado, podemos evitar que pase a mayores e incluso revertirlo. Pero lo más importante de estar atento a los biomarcadores es darnos cuenta cuándo estamos haciendo las cosas bien y si necesitamos algún ajuste adicional para conservar una salud óptima.
¿Cómo se diagnostica el síndrome metabólico?
El síndrome metabólico se diagnostica después de realizar una serie de medidas antropométricas (altura, peso, circunferencia abdominal, entre otras), exámenes de sangre (perfil lipídico, niveles de glucosa e insulina), e incluso la microalbuminúria, que se mide en un examen de orina (1).
En todos los casos de síndrome metabólico, el principal hallazgo es la resistencia a la insulina, al cual se le puede incluir con cualquiera de los otros parámetros en sangre y orina.
A continuación, te mostraremos los principales marcadores que se deben tomar en cuenta para diagnosticar, examinar y monitorear el síndrome metabólico.
Serán útiles para lograr llevar un seguimiento en caso de que comiences a realizar modificaciones en tu dieta y estilo de vida, y te ayudarán a comprender a tu médico cuando se refiera a ellos para realizar nuevas intervenciones terapéuticas.
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Biomarcadores clave que debes controlar
No todo se trata de pruebas de laboratorio. Sin embargo, estas son muy útiles para saber en qué estado nos encontramos y cómo progresa nuestro estado de salud.
En el caso de la diabetes, está claro que debemos controlar la glucemia, y habrá muchos que escucharán sobre la hemoglobina glicosilada y otros biomarcadores.
Pero, ¿qué podemos decir del síndrome metabólico?
Conviene prestar atención a los siguientes marcadores y realizar exámenes de forma continua para evaluar nuestro progreso junto a nuestro médico de cabecera. Los más importantes son los siguientes:
> Glucemia en ayunas: Al igual que el paciente diabético, el paciente con síndrome metabólico debe realizar chequeos continuos de su glucemia en ayuno.
Este chequeo no tiene por qué ser tan regular como en el caso de la diabetes, pero puede servir para detectar el progreso del síndrome metabólico de forma temprana y prevenir el advenimiento de la diabetes (1, 2).
> Prueba de tolerancia a la glucosa: Más allá de la glucemia en ayuno, la prueba de tolerancia a la glucosa está indicada en algunas ocasiones en las que se sospecha de resistencia a la insulina.
En ella, se toma una medida de glucosa basal y otra después de tomar un concentrado de glucosa. El objetivo es evaluar cómo reacciona el organismo ante la presencia de una carga determinada de glucosa, lo cual demuestra qué tan bien está realizando su acción la insulina en el organismo (1, 2).
> Índice HOMA: Es una medida especial y una herramienta fundamental para medir la progresión del síndrome metabólico y para reducir el riesgo de diabetes.
Se utilizan medidas de glucosa e insulina en una fórmula especial diseñada para determinar cómo se ejerce la acción de la insulina en las células del cuerpo.
También se le conoce con el acrónimo HOMA-IR, debido a que es una medida aproximada de la resistencia a la insulina del individuo (1, 3).
> Perfil lipídico: Como hemos mencionado, la alteración de los lípidos en sangre forma parte del espectro del síndrome metabólico. Aunque no todos los pacientes necesariamente tienen altos niveles de triglicéridos y colesterol LDL, es conveniente realizar chequeos de manera frecuente para llevar un monitoreo de la enfermedad.
De igual forma, es necesario medir el colesterol bueno (HDL), el cual debe mantenerse en niveles altos para prevenir enfermedades cardiovasculares (1, 4).
> Microalbuminuria: Es uno de los marcadores que se toman en cuenta para diagnosticar el síndrome metabólico.
La microalbuminuria es la presencia de trazas de albúmina en la orina, una proteína que tan solo debe encontrarse en la sangre. Cuando existe microalbuminuria, sugiere la presencia de enfermedad renal o de problemas de microvasculatura, generalmente asociadas a la hipertensión y la diabetes (1, 5).
Cada uno de estos parámetros tiene su propia medición y límites normales, los cuales tienden a modificarse al pasar de los años.
Por ello, hemos decidido tomar las últimas medidas provistas por la declaración conjunta del Grupo de Trabajo de la Federación Internacional de Diabetes sobre Epidemiología y Prevención conjuntamente con el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, la Asociación Americana del Corazón y otros organismos internacionales según su comunicado en 2009 para elaborar un cuadro de seguimiento en el que podamos evaluar de forma fácil y actualizada nuestro estado actual de salud y avances con respecto al síndrome metabólico
> Test Omega 3: Como hemos visto, el síndrome metabólico une el componente nutricional y la inflamación. Es por eso que los pacientes suelen tener valores descontrolados de grasa en sangre y procesos inflamatorios crónicos que desembocan en diabetes y otras enfermedades.
Es por ello que surge la necesidad de medir nuestros niveles de omega 3 y omega 6, dos ácidos grasos esenciales encargados del equilibrio inflamatorio del organismo.
Al estar nuestra dieta tan influenciada por grasas de baja calidad, es muy probable que tengamos niveles muy altos de Omega 6 si no seguimos una pauta nutricional en particular. Estos niveles se pueden medir y comparar con nuestro Test Omega 3.
Se trata de un examen no invasivo, fácil de realizar, y el cual nos ofrecerá la posiblidad de controlar la inflamación sistémica y detectar niveles bajos de omega 3. Entre los parámetros más importantes está el ratio AA/EPA, el cual debe siempre mantenerse entre 1,5 y 3 para asegurar una protección continua contra la inflamación sistémica.
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Comprobación y Seguimiento del Síndrome Metabólico
Resumiendo todo lo anterior, podemos reunir todos los datos relativos al síndrome metabólico en la siguiente tabla:
Marcadores | Valores Óptimos | Validación |
Circunferencia Abdominal * | Menor de 94 cm. en hombres. Menor de 80 cm. en mujeres |
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Presión Arterial | Menor a 130/85 mmHg |
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Glucemia en Ayunas | Menor a 100 mg/dL |
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Tolerancia a la Glucosa | Menor a 140 mg/dL en presencia de glicemia en ayuna menor a 126 mg/dL. |
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Índice HOMA | Valor óptimo; Menor a 1.96 Valor de sospecha: 1.96 a 3 Diagnóstico de resistencia a la insulina: 3 o más |
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Perfil Lípidos |
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TG | Menor a 150 mg/dL |
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HDL | Mayor a 40mg/dL en hombres Mayor a 50mg/dL en mujeres |
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LDL | Menor a 100 mg/dL |
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Microalbuminaria | Menor de 30 µg/mg |
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Ratio AA/EPA | Entre 1,5 y 3 |
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*Según valores de referencia para la población Europea.
Puedes utilizar esta tabla para realizar una revisión completa de tu estado actual de salud, e incluso para sospechar el síndrome metabólico si nunca has sido diagnosticado.
Al tener de base un problema en tus niveles de glucosa o con el índice HOMA y al menos dos alteraciones en otros biomarcadores, ya podemos comenzar a sospechar de síndrome metabólico.
De igual manera, si ya has sido diagnosticado, podrás dar seguimiento a tu condición de salud y ver más de cerca los efectos de la modificación de tu estilo de vida.
Por eso, sigue las recomendaciones de tu médico, monitorea tu estado de salud, y has todo lo posible por mantener un estado óptimo a través de una dieta equilibrada y adecuada a tus necesidades, suplementación inteligente, basada en ciencia, y ejercicio de acuerdo a las recomendaciones y adaptado a tus posibilidades.